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08 octubre, 2006

Tercera pregunta y Respuestas

La tercera pregunta.

3-¿La persona normal es libre respecto sus creencias, o al igual que el delirante, respecto su delirio, según aceptamos en las respuestas a las anteriores preguntas, son automáticas, involuntarias y no pueden ser refutadas o cambiadas por la propia persona?

Nótese:
Me refiero a creencias, no a conocimientos. Las creencias no pueden ser probadas ni negadas por procedimientos racionales. Las creencias se refieren a aspectos importantes para la persona. Por ello la persona no puede permanecer indiferente ante el contenido de la creencia.
La creencia puede ser también la duda, pero como tal duda adquiere las características de la creencia.
En el origen de la creencia está pues la necesidad afectiva respecto la cuestión a la que responde la creencia.

La respuesta afirmativa conlleva:
a) La aceptación de que la estructura psicopatológica normal de la creencia y el delirio son idénticas.
b) La persona no es responsable o imputable de sus creencias, solamente de sus actos.
c) No puede condenarse, pero tampoco premiarse a nadie por sus creencias.

Otras consideraciones:
Ya los teólogos clásicos lo advirtieron. La creencia que es la Fe cuando contiene temas religiosos, no depende de la voluntad del individuo, si no de la gracia de Dios; es decir proviene de una forzosidad externa a la voluntad del yo o del sujeto; en cambio la conducta puede y debe ser siempre juzgada.

Lutero y en general las iglesias reformadas dieron por ello importancia central a la Fe. Tener Fe era garantía, y única garantía, de la Salvación – sin necesidad de las obras. Estas quedaban disponibles solamente para su juicio por la sociedad civil humana.

Estas consideraciones determinaron también en la cultura Europea; es decir en lo que se llamó modernismo, la libertad de pensamiento, que en realidad quiere decir la tolerancia respecto las diversas creencias de cada individuo o cada grupo.

Respuesta:Salvador Porras

Esta pregunta plantea claramente o al menos sugiere por un lado que los individuos por lo general adquirimos a lo largo de nuestra existencia conocimientos y creencias; en función de ambos conceptos somos libres de ejecutar actos u omitirlos y son los actos ejecutados u omitidos los únicos que la sociedad puede juzgar, respetando la parte creencial y reflexiva o cognitiva del individuo singular.
Por otro lado plantea la similitud entre las creencias y los delirios; ¿cuantas veces comentamos entre colegas lo difícil o imposible que es poner la línea que separa lo creencial de lo delirante, la idea sobrevalorada del delirio?; ¿cuantas veces se comenta que la realidad supera a toda ficción en la trama de cualquier novela o drama?.En general predomina la globalización a la hora adquirir creencias y conocimientos y el superYo del grupo que nos educa suele domar al ello y hacer unos Yo peculiares. el individuo va reordenándose en su desarrollo de una forma peculiar singular e irrepetible;¿que diferencia hay con la formación delirante?...ninguna. La libertad para elaborar creencias o delirios es muy variable a lo largo de una vida y se necesitarían varias vidas para liberarse de dichas creencias o delirios.
Así pues el individuo pierde si no toda si parte de la libertad en lo que se refiere a sus creencias y/o delirios, no podrá deshacerse de estos voluntariamente cuando planea ejecutar una acción, pero podrá omitir o no la acción.
De alguna forma he condensado mi pensamiento al respecto en "lo que es bueno para el individuo es malo para la sociedad"; desconozco de quien es la cita; todos lo códigos de conducta tratan de que no todo pensamiento sea acción, la sociedad se encarga de juzgar lo que no debe hacerse...muy práctico y es nuestra historia; "piensa lo que quieras pero esto no se hace", aplicable a todos, locos y cuerdos..y si lo haces ya verás lo que te espera...

7 de octubre de 2006

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